miércoles, 24 de febrero de 2016

FILOSOFÍA DE LOS ZAPATOS



Nos levantamos a la mañana y calzamos nuestros pies con unos anchos zapatos para ir holgados por la vida,

¿o estrechos para castigarnos por avanzar?;
terminados en fina punta para que abra nuevos caminos,
¿o en punta cuadrada que nos obstaculice los logros?;
altos, para competir y que se note nuestra presencia en el mundo,
¿o bajos y silenciosos para disculparnos por existir?.

Nos gusta estrenar nuevos modelos, tal como nos gustaría cambiar el modo de vivir el territorio,
¿o nos sentimos tan vinculados al niño que fuimos que no hay quién nos haga tirar esos viejos zapatos destartalados que reparamos una y otra vez tozudamente?.

Llegamos a casa y cambiamos de calzado para pisar cómodamente lo que consideramos nuestro hogar, ¿o seguimos con los mismos que pisaron la calle, porque no distinguimos el territorio de “fuera” del de “dentro”?.

Y cuando llega la noche, dejamos los zapatos bien alineados, como un papá y una mamá bien avenidos, ¿o uno mira hacia China y el otro hacia Canadá, como unos padres peleones que se cansaron de caminar a la par?.

y tú, ¿que calzas? o prefieres andar descalzo como yo….


ANÓNIMO

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