martes, 28 de julio de 2015

SI SUPIÉSEMOS COMPRENDER



"Si supiéramos comprender, no haría falta perdonar. 

Interiorízate, relájate, descansa. Con suma tranquilidad imagina aquella persona con quien quieres reconciliarte, y aplícale las siguientes reflexiones: fuera de casos excepcionales, nadie tiene malas intenciones, nadie es malo. 

A ti te atribuyeron malas intenciones más de una vez, y tú estás seguro que nunca las tuviste ¿No estarás tú ahora suponiendo en el otro intenciones inexistentes? ¿Si él te hace sufrir de esa manera, ya pensaste como le harás sufrir tú a él? Si eso dijo él de ti ¿qué le habrán dicho de ti? 

Quien sabe si lo que dijo lo dijo en un momento de ofuscación. Cualquiera de nosotros en un momento de descontrol puede decir cosas de las que se arrepienta a los cinco minutos. 

Lo suyo parece orgullo; no es orgullo, es timidez. 

Su actitud para conmigo parece obstinación, es autoafirmación. 

Sus golpes secos no son agresividad en contra de mí, sino una manera de darse seguridad a sí mismo. 

Al final, el injusto no seré yo mismo; el equivocado, no seré yo mismo. 

Si supiéramos comprender, no haría falta perdonar y moraríamos en la paz… "

Padre Ignacio Larrañaga

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