lunes, 25 de mayo de 2015

FRUSTRACIÓN Y ENOJO, DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA



Siempre que hay enojo, hay un deseo o necesidad no satisfecha; espero algo… y eso no sucede.
En el relato, quien llego puntual esperaba satisfacer su necesidad de que la otra persona estuviese a la hora acordada. Cuando la otra persona llega media hora tarde, se frustra por no lograr satisfacer su necesidad. Paso seguido: se enoja.
Al enojamos nos inunda una energía o fuerza adicional. A nivel orgánico se corresponde con la mayor segregación de adrenalina y de noradrenalina; el corazón late más rápido, aumenta la presión sanguínea y la mayor afluencia de sangre en músculos y brazos nos dispone para la acción física inmediata. Esta hiperactividad o plus de energía, es una fuerza extra que disponemos para reforzar las acciones destinadas a la autoafirmación y a obtener lo que necesitamos. En tal sentido el enojo no es un fin en si mismo, es una herramienta para resolver un problema.

Es nuestra tarea individual y colectiva el continuar evolucionando. Cuando alguien no hace lo que esperamos, o si algo no sucede tal como lo necesitamos, ojalá que estos no sean motivos para justificar batallas, sino que sean oportunidades para seguir aprendiendo a satisfacer lo que deseamos… pero sin herir a nadie… porque el daño no es un ingrediente necesario en la receta.

Juan Antonio Currado.
Lic. en Psicología. Universidad de Buenos Aires.

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