miércoles, 28 de diciembre de 2011

EVITAR MALAS CONDUCTAS PARA PREVENIR RESULTADOS DESAGRADABLES...♥



Hablemos ahora de prevenir las causas. Debes controlar todos lo impulsos que te hacen actuar erróneamente: debes superar la avaricia, los celos, la rabia crónica y otras tendencias que siempre se repiten. Todas las emociones dañinas de tu interior deben ser controladas. Estos estados son remediables.

Los materialistas se concentran en el tratamiento de los síntomas y los efectos secundarios. No creen en una leyes o causas más profundas. Ellos creen que cuando rompes las leyes de la buena conducta, debe de haber dos causas: la influencia de la mala compañía o el ambiente que te afectan negativamente; y la falta de auto-control. Eso es cierto.

Pero aquellos que van más lejos, dicen además que el grado de tu susceptibilidad hacia las presentes causas está en proporción con las siguientes causas: las tendencias que hay en tu interior provienen de tu conducta en otras vidas. Si el doctor cura las úlceras de alguien pero aquella persona sigue comiendo mal, tendrá úlceras otra vez - o quizá algo peor. El metafísico podría ver la causa, que en este caso es la avaricia, el hábito del pasado, y el presente, incontrolado deseo de comer lo que quiere en vez de lo que es necesario. El metafísico recomendaría hacer desaparecer la causa.

En el momento y en el ambiente apropiados, todas las buenas y las malas acciones del pasado se ven realizadas, igual que las semillas que brotan bajo las condiciones adecuadas. Esto explica por qué es importante relacionarse con buena compañía. Tú no sabes qué tipo de semillas tienes en tu interior. Supón que tienes en tu conciencia un afición por la bebida que viene del pasado. Nunca has bebido en esta vida, pero un día, en una fiesta, bebes y de pronto te ves atrapado en un deseo constante por el licor. Eventualmente acabas adicto a la bebida. Las tendencias estaban enterradas en tu interior como resultado de vivencias pasadas; tus presentes acciones proporcionaron las condiciones necesarias para su resurrección.

Así que es poco recomendable relacionarse con gente que pueda hacer surgir algún mal hábito en ti. Tú no sabes qué semillas latentes de malas acciones llevas en tu conciencia. Es mejor no darles ninguna oportunidad a crecer.

¿Puedes ver cuán profundos son estos principios? Esta forma de sobreponerse al destino es la más maravillosa filosofía. Demuestra que el hombre puede dominar su vida por completo. Y esa vida es una bella experiencia cuando no eres su esclavo, sino su dueño. Tus mayores enemigos son los malos hábitos. Te perseguirán de una reencarnación a otra hasta que los superes. Si quieres liberarte del destino, debes curarte de los malos hábitos. ¿Cómo? La buena compañía es una de las mejores medicinas. Si tienes tendencia a beber, relaciónate con gente que no lo haga. Si padeces una salud débil, mézclate con gente positiva, que piensan en la enfermedad. Si tienes conciencia de fracaso, relaciónate con aquellos que tengan una conciencia de éxito. Entonces empezarás a cambiar.

Cada uno de tus hábitos crea un surco o camino en el cerebro. Estas vías hacen que te comportes de cierta manera, casi siempre contra tu voluntad. La vida sigue los senderos que has creado en tu cerebro. En ese sentido no eres una persona libre; eres más o menos una víctima de los hábitos que has formado. Pero puedes neutralizar los efectos de esos hábitos. ¿Cómo? Creando patrones de hábitos positivos. Y puedes borrar completamente los senderos de los malos hábitos mediante la meditación. No hay otro camino. De todas maneras, no puedes cultivar buenos hábitos sin la compañía ni el ambiente adecuados. Tampoco puedes librarte de los malos hábitos sin correcta compañía ni meditación.

Incluso si huyeras a la jungla los malos hábitos seguirían contigo. No puedes escaparte de ellos, así que debes intentar superarlos. Limpia la jungla de tus malos hábitos. Entonces serás libre. Una familia que siempre esté discutiendo diría, ‘Si pudiésemos vivir en el campo seríamos tan felices...’ Tarde o temprano se desplazan hasta el campo, pero como nunca han aprendido a respetarse los unos a los otros, siguen peleándose, y convierten la vida en ese lugar en una pesadilla.

Así que no esperéis. Cambiad por vuestra cuenta. Puede ser la más sencilla de las cosas, o también la más difícil: sencilla si meditáis y permanecéis en buena compañía; difícil si no meditáis y os mezcláis con gente que os influencia erróneamente.

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